En 1899, Cipriano Castro cabeza visible de la triunfante Revolución Restauradora que había derrocado a Ignacio Andrade, asume las riendas del gobierno decidido a fortalecer al país, aligerando las cargas económicas que sobre él pesaban para lo cual debía saldar la mayor cantidad de deudas que fueran posibles. Ávido de efectivo, de lo cual las arcas del tesoro no disponía, Castro solicita una serie de emprésitos a diferentes entidades financieras del país, esperando reunir una masa de capital que le permitiera llevar a cabo su proyecto
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Cipriano Castro llegó a la presidencia de la república el 23 de octubre de 1899 aprovechando la debilidad del gobierno de Ignacio Andrade.

Aún cuando Cipriano Castro tuvo que librar varias batallas partiendo desde los andes hasta llegar triunfalmente a Caracas, recibió el poder pacíficamente de manos del encargado de la presidencia asignado por Andrade antes de irse al exterior. Se trataba del hombre más rico de Venezuela para aquel entonces. Principal accionista de los bancos Venezuela y Caracas, Manuel Antonio Matos.
–Bienvenido, General, permítame abonar el camino para que reciba usted el poder de la Nación en los mejores términos y cuente con toda nuestra colaboración.—le dijo Matos a Castro sin que le temblara la voz.
–Lo tendré en cuenta, caray…claro que le tomo la palabra–,respondió Castro en un tono socarrón.
Y así se vieron por primera , Cipriano Castro, El Cabito, y el empresario más adinerado del país, Manuel Antonio Matos.
El segundo encuentro entre los dos poderosos hombres, uno concentraba el poder político y el otro el dinero, no se hizo esperar. Castro llamó urgente a Matos a la Casa Amarilla:

–La Revolución Liberal Restauradora requiere el apoyo patriótico de todos nosotros, amigo Matos.
–Usted mande, mi general Castro.—Un tono amistoso y cordial daba paso a dicho encuentro.
–Necesitamos dinero. La nación está quebrada. Esto me lo dejaron más pelado que talón de lavandera–,refirió el nuevo Presidente de la República.
La sorpresa de Matos fue tremenda. Por primera vez un Presidente llama a los banqueros no para ofrecerles un ministerio, sino para pedirles dinero destinado a sacar del marasmo la economía del país.
–No mi General, reales no hay… los bancos no tenemos capacidad financiera, pero si mucha disposición política de ayudarlo a buscar los billuyos.

Al día siguiente , Matos y un importante grupo de banqueros desfilaron por las calles de Caracas, muy bien trajeados, pero rumbo a La Rotunda.

Castro logró su cometido: los banqueros cedieron a su petición. Así consiguió el dinero para iniciar su gestión de gobierno. Pero Matos se la juró.
–Este hombrecito de Capacho, me las paga.

En menos de 2 años, Matos financió y lideró un alzamiento en armas contra el Gobierno. Intento que se conoció como la Revolución Libertadora, pero que al igual que otras revueltas no pudo con El Cabito. Matos fue a dar nuevamente a La Rotunda.

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Excelente
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