La yerba buena que le dio nombre a Caracas

El nombre de Caracas se debe a las voces de los primeros indígenas que poblaron los Valles de los Toromaymas. Es decir, la etnia Caracas, que tenían su morada en el macizo montañoso que se erguía entre el mar y los llanos centrales, refieren los cronistas Rafael Rivero Oramas y Nicolás León  en su libro Historia de Caracas

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Era allá, por los años de mil quinientos y tantos. Quizás transcurrido aún medio siglo desde el descubrimiento de Venezuela.

Bajo el brillante cielo del mar Caribe se encontraba anclado un velero.

 

Un bote acababa de ser arrastrado hasta las arenas de la playa. De él saltaron unos hombres barbudos, de trajes vistosos y pintorescos. Calzaban botas de tacón alto y sombreros adornados con plumas de colores. Algunos cubrían sus cuerpos con armaduras metálicas.

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Echaron a andar, apartándose de la orilla emprendieron la marcha, subieron y bajaron caminos, algunos ya deforestados por el paso de otros aventureros que habían pasado antes.

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Luego de mucho andar, se hallaron ante un pequeño poblado. Eran sólo unas cuantas viviendas de forma redondeadas, construidas de palo y hojas de palmera. En una amplia y limpia explanada frente a las viviendas, trabajaba un grupo de hombres de piel tostada y de cabellos lacios y negros. Unas pocas mujeres y algunos niños les hacían compañía.

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Todos estaban semidesnudos. El tibio y benigno clima de la región no exigía más vestimenta.

Cuando advirtieron la presencia de los extraños visitantes, mujeres y niños corrieron a esconderse en sus chozas. Los hombres se pusieron de pie y esperaron quietos y serenos.

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Probablemente, con anterioridad habrían llegado hasta allí otros forasteros, pues los aborígenes no dieron muestra de alarma.

Sin poder entablar una comunicación efectiva, ambos grupos, oriundos y extranjeros, sólo alcanzaron a manifestarse con tonos de voz calmado, miradas de expresión serena y ademanes amistoso.

La Pira es una planta común y a la vez increíble, también conocida como Amaranto, Pira o Bledo. Esta planta era cultivada y consumida por los aborígenes que habitaban la extensión del territorio Toromaina o “valle del guaire”, extendido a los pies del cerro Ávila o Waraira Repano. Hay versiones que indican que esta planta es la que da el nombre a la ciudad Capital.
La Pira es una planta común y a la vez increíble, también conocida como Amaranto, Pira o Bledo. Esta planta era cultivada y consumida por los aborígenes que habitaban la extensión del territorio Toromaina o “valle del guaire”, extendido a los pies del cerro Ávila o Waraira Repano. Hay versiones que indican que esta planta es la que da el nombre a la ciudad Capital.

Los aldeanos continuaron su labor, mientras el grupo de colonizadores observaban:

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En unos hoyos abiertos en la tierra y cubiertos, o forrados con cuero de venados, almacenaban unas yerbas, las cuales constituían el principal alimento de aquel pueblo.

Composición química de la Pira: Por cada 100 gr de semillas de pira encontramos: 247 mg de calcio, 500mg de fósforo, 3,4 mg de hierro, 0,14 mg de vitamina B1, 0,32mg de vitamina B2, 1mg de vitamina B3 y 3mg de vitamina C. 0,14mg de tíamina, 0,32mg de Riboflavina, 1mg de Níacina, 0,75mg de Lisina. 35gr de calorías, 13gr de proteínas, 7gr de grasa, 65gr de carbohidratos, 6,7gr de fibra y 2,5gr de ceniza. Por cada 100 gr de hojas de pira encontramos: 313mg de calcio, 74mg de fósforo, 5,6mg de hierro, 0,05mg de vitamina B1, 0,2mg de vitamina B2, 1,2mg de vitamina B3 y 65mg de vitamina C, 1,6mg de vitamina A. 0,05mg de Tianina, 0,2mg de Riboflavina, 1,2mg de Niacina, 42gr de calorías, 4gr de proteína, 0,8gr de grasa, 7,4gr de carbohidratos, 1,5gr de fibra, 2,1gr de ceniza.
En la “Relación de Pimentel”, documento que data de 1578, el gobernador Juan de Pimentel escribe: “Llamase toda esta provincia generalmente Caracas, porque los primeros cristianos que a ella vinieron, con los primeros indígenas que hablaron fue una nación llamada Caracas, y esta nación de indios tomó este nombre porque en su tierra hay muchos bledos que en su lengua llaman Caracas…”.

Los conquistadores, indicando las plantas triturada que eran resguardadas entre tierra y cuero preguntaron:

–¿Cómo se llaman esos bledos..?

De tanto insistir, señalando y tocando la hojas trituradas, uno de los indios (así los había bautizado Colón) riendo y con un manojo de yerbas en la mano exclamo:

 

–Caracara, caracas, caracara,caracara..!

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De igual manera, el resto de los hombres, manojo en manos, y riendo, repetían con fuerza: «Caracara…caracara…caracara…»

Del nombre de esa planta, o de lo que los españoles creyeron escuchar de boca de los nativos, derivó que se le bautizará como los Caracas.

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El nombre tuvo tanto arraigo entre los españoles que llegaron a constituir la Provincia de Los Caracas. La cual se prolongaba, por el Norte, unos 200 kilómetros, desde Borburata hasta el Cabo Codera. Y, unos 150 kilómetros, desde la orilla del mar hacia el Sur, hasta los Llanos.

3 comentarios sobre “La yerba buena que le dio nombre a Caracas

  1. Hola,
    Me encanta su blog, tiene información muy interesante.
    A propósito de su publicación, les comento que también tengo el libro Historia de Caracas, publicado y distribuido gratuitamente, por la Electricidad de Caracas en 1967, lo digitalicé y comparto en este enlace para el uso del público https://drive.google.com/drive/u/0/my-drive
    Solo faltan las páginas 109 y 110 ¿Si las tiene podría enviarlas para completar el ejemplar y ayudar a que muchos más conozcan esta maravilla y la historia que contiene?
    Sería genial.
    Gracias por mantener la memoria de nuestro país. Muchos éxitos.

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