El dictador venezolano Marcos Pérez Jiménez inauguró en noviembre de 1956 el Hotel Humboldt, una magnifica construcción del arquitecto Tomás Sanabria situada en la cima del cerro Ávila. El sistema original se construyó en dos tramos, el primero entre la ciudad de Caracas y la estación más alta del sistema teleférico en el cerro El Ávila. El segundo tramo partía de la estación Ávila, hacia la otra falda del cerro Ávila, que da al mar Caribe, pasaba por encima del pueblo de Galipán y terminaba en la estación El Cojo en la población de Macuto. En 1956, la crónica internacional presentaba al mundo la majestuosa edificación
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Venezuela, con su vasto programa de obras públicas, ha producido en años recientes muchas estructuras impresionantes, como los edificios de departamentos de Caracas que se ven al fondo del valle. Pero, en muchos sentidos, la obra más espectacular es un conjunto de construcciones coronadas por el moderno hotel Humboldt, cuyos 14 pisos descansan sobre la falla de Humboldt, a 2.137 metros de altura.

El hotel, que semeja un silo gigantesco, forma parte de un centro recreativo, el cual incluye una pista cubierta para patinar sobre hielo y una piscina con agua templada.

Para transportar huéspedes al hotel, el gobierno venezolano ha invertido 20 millones de dólares en un funicular aéreo llamado “Teleférico” que recorre un trayecto de 8 kilómetros.

El Teleférico cuenta con 14 vagones para 28 pasajeros cada uno, que suben en cuestión de minutos desde la estación de Maripérez, en las periferias de Caracas, hasta la terminal en el monte Ávila.

Una segunda sección del recorrido en funicular va de la estación del Ávila hasta el Humboldt. La trecera aún no concluida descenderá hasta la Guaira. El Teleférico se construyó en dos años, los pasajeros encantados por el paisaje, opinan que fue un dinero y un tiempo bien empleados.
aunque el apocope de dictador al general perez jimenez pues considero yo q jamas fue dictador si no un visionario del urbanismo y de hacer del pais la potencia de america
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Gracias por compartir estas historias y anécdotas tan fascinantes de nuestra ciudad.
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Su inexorable tendencia política, hace que sus reportajes resulten en vulgares propagandas adecas.
No nos falte el respeto !!!
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