El general Isaías Medina Angarita ordenó la demolición del viejo Silencio. Fue en aquella época un verdadero impacto. Es bueno que se recuerde que nosotros teníamos a seis cuadras de la Plaza Bolívar la zona más horrible que existía en América Latina, que era un barrio horrible en donde nadie podía entrar de noche; donde se cruzaban gánsters, bandidos, ladrones, es decir, algo terrible. Bueno, Medina derrumbó todo aquel viejo Silencio y apareció entonces esa urbanización que hizo el arquitecto Carlos Raúl Villanueva y que llamamos hoy El Silencio
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En su capítulo sobre El Silencio en Las Esquinas de Caracas, Carmen Clemente Travieso, ofrece estos datos:
En la barriada de El Silencio existían 331 casas, de las cuales 42 erán prostíbulos, 49 casas de vencidad, 32 expendios de licores, 9 de hospedajes y 1999 inmuebles destinados a otros fines.”
En estos otros fines citados por Carmen Clemente estaban las de familias modestas, digamos como la expresión clásica. Pobres pero honradas, que no se podían mudar de su casa propia, a la cual le ponían un letrero bien llamativo y de urgente advertencia como se puede apreciar en una joya fotográfica de la Corocoteca de Caremis, en la cual se observa muy claramente este caraqueñísimo alerta. OJO PELAO CASA DE FAMILIA.
A estos problemas de familias decentes radicadas en El Silencio se refirió el poeta y periodista Luis barrios Cruz en un artículo de 1949, en el diario Ahora, que dirigía:
“Al volver de una esquina, a pocos paso de una boca calles, más allá de una casa de mala reputación se extienden zonas urbanas habitadas por familias honradas que nada tienen con la fama de El Silencio ni participan en ninguna de sus modalidades”.
Por eso se ponía el letrero transcrito, que servía para espantar a borrachos del día o a despistados de noche, en aquel sector donde se hacinaban 3.100 personas, entre ellas numerosos niños, en 2.000 piezas insalubres y donde 75% de la población padecía diversas enfermedades.
De gran interés la información sobre el Silencio, por mi padre sabía que era la zona mas fea de los alrededores de la capital. Zona de prostíbulos, aguas negras y gentes de mal vivir. Su reurbanización vino a embellecer la ciudad pero en la década de los años ’60, la Plaza Miranda era el lugar de reuniones de las prostitutas,
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